La percepción de nuestra vida
No somos lo que creemos ser.
Imagina esto, te realizan la siguiente pregunta: ¿Si ves a un perro ahogándose en un río del cual es poco probable del que pueda salir, saltarías al río para salvarlo? Depende de la situación, pero la gran mayoría, diría que si sin pensárselo, posiblemente argumentando que no dudaría, que si lo viese no sería capaz de no saltar. El problema aquí, es que es un caso hipotético, no estas en esa situación, así dices lo que tu crees que harías, aunque en la mayoría de los casos, ninguno saltaría a salvar al perro aún habiendo afirmado que lo haría.
¿Nos hace eso malas personas? No, para nada, en esa situación, estás valorando la situación, esta pasando todo muy rápido, y estás pensando en que es lo que puedes hacer, o valorando si siquiera merece la pena arriesgar tu vida por la de un animal, que no tiene nada que ver contigo.
Lo que se demuestra aquí, es que tenemos una idea concebida de nosotros mismos, que se aleja mucho de la realidad. Por supuesto que si nos preguntan, siempre diremos aquello que suene mejor, aquello que nos haga quedar en un estatus más alto, ante los ojos de otras personas, aunque nosotros sepamos que no es real, en muchos casos, mentiríamos solo para quedar bien. Y si te preguntas porque lo hacemos, es muy sencillo, simplemente lo hacemos para encajar en la sociedad, dar a ver que somos personas buenas, con la que merece pasar tiempo, con la cual poder convivir.
El miedo a la soledad es algo humano, nadie quiere estar solo, nadie quiere pasar sus días sin tener a nada ni a nadie al que le importe, es por eso que creamos una percepción de nosotros mismos que, en la gran mayoría de los casos es errónea, o se aleja de la realidad.
Vivimos con miedo al rechazo, queremos ser diferentes a los ojos de otros, pero no tanto como para que piensen que somos raros o distintos a ellos y por ello, se alejen de nosotros o nos diga o hagan cosas, que puedan dañarnos. Necesitamos el visto bueno de la sociedad, ser aceptados es nuestra meta y para ello, muchas veces hacemos creer a otros cosas que no son, aspectos que no nos definen, no teniendo importancia, si es por ejemplo solo una pregunta inofensiva.
Básicamente, la mayoría de las personas, vivimos una vida, basada en mentiras sobre nosotros mismos que creemos que son verdad, hasta el fin de nuestros días, queriendo así que la gente nos recuerde por lo que pensaban que éramos y no por lo que realmente fuimos.
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